Prevención de conflictos en la convivencia como compañeros de piso

Compartir un hogar con otra persona es lo más íntimo que puede haber. Si alguna vez has vivido con otra persona, sabes que a veces surgen conflictos: es natural y está destinado a suceder en algún momento. Sin embargo, hay medidas que tú y tu compañero de piso podéis tomar para reducir la probabilidad de que surjan conflictos entre los dos y disminuir la gravedad de los conflictos/malentendidos cuando inevitablemente surjan.

Causas comunes de conflicto #

Las tres causas más comunes de conflicto entre compañeros de piso y, en general, en la mayoría de relaciones son: 

  • Falta de comunicación o mala comunicación: Cuanto más os comuniquéis tú y tu nuevo compañero de piso por adelantado, más fácil será sortear los desacuerdos cuando surjan (y naturalmente lo harán en algún momento). Los sentimientos que se guardan en el interior suelen atascarse más que desaparecer. Cuando la comunicación no está presente en una relación, las suposiciones y la culpa tienden a ocupar su lugar. La comunicación proactiva favorece un entorno de comprensión y respeto mutuos.  
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  • Procrastinación y evitar la situación: Puede ser tentador evitar las grandes conversaciones porque equiparamos guardar silencio con mantener la paz. Sin embargo, abordar los problemas de forma abierta y temprana es una inversión en la sostenibilidad de tu relación como compañeros de piso. Tus necesidades no pueden satisfacerse si no se escuchan. Incluso las conversaciones difíciles pueden ser una oportunidad para acercarse.  
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  • Falta de límites o falta de expectativas claras: No existe un manual de reglas para compartir casa. Es inevitable que dos compañeros de piso tengan al menos algunas diferencias en cuanto a la forma en que conciben su casa compartida y su relación. Reconocer las preferencias antes de la mudanza es la mejor manera de gestionar las expectativas y evitar conflictos. El mejor indicador de una relación satisfactoria es hablar de los problemas antes (o inmediatamente después) de que surjan. 

Consejos para prevenir conflictos en la convivencia #

Afortunadamente, hay tres consejos sencillos que puedes poner en práctica para reducir el potencial de conflicto con tu compañero de piso. Son:

  • Comunicar las expectativas y los límites. Desarrolla un entendimiento compartido de cómo quieres que funcione tu casa. Cubre las bases desde el principio para que ambos os sintáis bien con el espacio compartido que estáis creando.
  • Documenta esas expectativas y límites compartidos. Utiliza una herramienta que te haga sentir cómodo. Obviamente, desde Kuvu te recomendamos encarecidamente que uses nuestro modelo de contrato de convivencia, que es jurídicamente vinculante como un contrato de alquiler, pero diseñado específicamente para compartir el hogar y proteger la convivencia.
  • Di lo que piensas. Si algo te molesta (platos sucios dejados en el fregadero, uso de calefacción, el ruido de una nieta, etc.), habla enseguida. No dejes que se convierta en una conversación interna contigo mismo que se convierta en un problema mayor.

Si hablas, tú y tu compañero de piso podéis trabajar juntos para encontrar una solución. Lo más probable es que los dos seáis capaces de encontrar una solución, porque ambos queréis tener un hogar confortable con el otro.

Temas a tratar con tu compañero de piso para evitar conflictos #

¿Quieres cortar de raíz los conflictos y la falta de comunicación antes de que se produzcan? Aquí tienes una lista de temas para hablar con tu compañero de piso, para que podáis abordar cualquier discrepancia antes de que se convierta en un problema.

  • El espacio: ¿Qué espacio es compartido? ¿Qué es privado?
  • La comunicación: ¿Cuál es la preferencia de comunicación de cada compañero de piso? (¿Texto, correo electrónico, notas escritas a mano, llamadas telefónicas, una llamada a la puerta?)
  • Interacción: ¿Qué grado de interacción quieres tener a diario? ¿Hay momentos en los que estás más disponible para charlar que otros? ¿Hay momentos en los que os gustaría compartir espacio, pero en silencio? ¿Alguno de los dos trabaja en casa y necesita tranquilidad durante las horas de trabajo? Idea un plan para hablar de estos detalles con antelación.
  • Privacidad: ¿Cómo comunicaréis vuestras necesidades de privacidad? Por ejemplo, «Si mi puerta está cerrada, que sepas que me gustaría que me dejaran sola», o «Si te envío un mensaje de texto significa que no estoy de humor para el contacto cara a cara pero tengo algo importante que comunicar». O, el simple: «Sólo necesito un tiempo de tranquilidad».
  • La limpieza: ¿Qué nivel de orden y limpieza en los espacios compartidos es mejor para ti y para tu compañero de piso? ¿Quién es responsable de limpiar qué? ¿Rotaréis las tareas, contrataréis a un limpiador profesional una vez al mes, o cada uno se comprometerá a mantener limpias determinadas habitaciones? ¿Qué día es el día de la basura? ¿Quién saca la basura?
  • Rutinas en la cocina: ¿Queréis compartir las comidas o los alimentos? Si es así, ¿cómo vais a negociar la compra, la cocina y la limpieza después de una comida compartida? (Nota: Si eres tú quien comparte tu casa, asegúrate de dejar espacio en los armarios, estantes y nevera para tu nuevo compañero de piso. Ten claro qué artículos de cocina estás dispuesto a compartir y cuáles no.
  • Rutinas en el salón: ¿Cuándo puede estar encendida la televisión? ¿Quién controla el mando a distancia? ¿Qué tipo de programas o películas están prohibidos cuando la otra persona está en la habitación?
  • Invitados: ¿Está bien invitar a gente a casa? ¿Cómo os comunicaréis sobre los invitados? ¿Es importante preguntar antes de que uno de vosotros vuelva a casa con un amigo?
  • Socializar: ¿Queremos construir una comunidad juntos? ¿Pensamos organizar cenas? ¿Queremos pasar tiempo juntos fuera de casa? ¿Qué hay de las consideraciones sobre FaceTime o las videoconferencias (usar auriculares en lugar del altavoz, mantener las puertas cerradas, etc.)?
  • La seguridad: ¿Qué es importante para que cada uno de nosotros se sienta seguro en casa? ¿Quién más tiene la llave de la casa? ¿Cerramos la puerta cada vez que entramos y salimos? ¿Y si la otra persona está en casa?
  • El sueño: ¿Cuáles son tus hábitos de sueño? En un día normal, ¿a qué hora te acuestas? ¿A qué hora te levantas? ¿Cuándo son las horas de silencio de tu casa?
  • Alquiler: ¿Cuándo hay que pagar el alquiler? ¿Qué formas de pago son aceptables? ¿Cómo debe entregarse? Tener esta conversación por adelantado hace que sea menos incómodo volver a abordarla más adelante. En el caso de Kuvu, si formáis parte de nuestros servicios, nos encargaremos de esto por vosotros

Por último, acordad hacer comprobaciones periódicas sobre cómo va el acuerdo y si los acuerdos compartidos necesitan algún ajuste o negociación. Hacer de la retroalimentación mutua una rutina en casa ayudará a mantener el equilibrio. La retroalimentación nos ayuda a aprender, a crecer, a conocernos mejor y a sentirnos más cómodos en un hogar compartido. Incorporar la expectativa de una comunicación abierta en tu relación de convivencia la beneficiará más que cualquier otra táctica.

Cuando entras a formar parte de Kuvu, te haremos nuestro test de compatibilidad que está basado en mucho de éstos indicadores para poder averiguar cuán compatibles sois mutuamente y muchos de los elementos aparecen en el Contrato de Convivencia de Kuvu. A pesar de ello, siempre es importante que mantengáis una comunicación verbal frecuente para que podáis flexibilizar vuestra relación e ir amoldándoos mutuamente.

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